miércoles, 10 de febrero de 2010

Capitulo III: los Ramos se instalan en el "Roussillon"

1910-1911..: Apé tendría unos dos o tres años cuando pasaron la frontera.

Sé que fueron de pueblo en pueblo , todos del departamento de “Pirenées Orientales”, trabajando en los campos, hasta que se establecieron en Le Soler, dónde el abuelo se construyó una casa. Tengo muchos recuerdos de esa casa, pero los reservo para otro capítulo, pues quiero escribir despacio, para que no se me olvide nada.

La infancia de Apé fue muy dura. Pobreza, mucho trabajo, una madre tiránica, y esa hermana tullida, a la que la abuela mimaba y protegía. Contaba Apé, con algo de rencor en la voz, que él se tenía que levantar a las 5hs. de la mañana. Daba de comer a los animales (gallinas, yegua, cerdo), Se lavaba en el lavadero con agua fría, y después, tenía que preparar el desayuno de su hermana: “chocolate” caliente y pan tierno. Y él se preparaba unas “sopas” de leche con pan duro, le estaba prohibido hasta probar el chocolate de la hermana. Luego iba a la escuela. Lo decía con orgullo, y con desprecio hacía España, dónde seguramente no habría podido estudiar. En casa, hablaban español ( luego más tarde aprendieron catalán, pero la abuela que vivió 50 años en Francia, se negó, váyase a saber porqué, a aprender francés). El abuelo Felipe se “naturalizó” francés en julio de 1923, Apé tenía entonces 14 años cuando se convirtió en “francés”. En la escuela se burlaban de él, por ser español, su acento, su dificultad en hablar francés, su ropa de pobre, y sobre todo, porque, al salir de la escuela, venían las gallinas a buscarle, sabían que el era el encargado de su comida. Le llamaban “el gallo”. Cómo tenía mucho orgullo, se puso a estudiar como un loco, y con los años, adquirió respecto, pues era el mejor alumno de la clase. Tanto que el cura del pueblo lo “apadrinó” y le obligó a seguir estudiando. Claro que también le convirtió al catolicismo, cosa que hizo a escondidas, creo que sus padres no se enteraron hasta que se fue de casa. Creo recordar incluso que Apé decía que intentó que se hiciera cura. Pocas fotos y poca información fidedigna hay de esa época.(Foto: Pierrette en 1931)

Apé hablaba de su madre cómo de una mujer dura, arisca, con mucha voluntad. De su padre, hablaba poco, aunque, cuando lo hacía, hablando de su muerte, sobre todo, se le enternecía la voz. Sabemos, por lo que contaban los vecinos, que el matrimonio tenía desavenencias. Hablaban del abuelo cómo de un hombre muy alegre, al que le gustaba “hacer teatro”, payasadas para los vecinos, gastaba bromas, era muy guapo y demasiado seductor. Decían que le perdían las mujeres. Algo debió de pasar, pues la abuela se negó a que los enterrasen juntos, quería que la enterrarán “muy lejos” de su marido..

Volviendo a Apé , que asegura que sus padres lo apoyaron como pudieron, siguió estudiando. Intentó entrar en la escuela de magisterio, pero, y eso era una de las cosas que a él le dolían mucho, no aprobó el examen de ingreso. Decidió entonces entrar en la administración. En correos, pero por la puerta grande. Se fue a París a estudiar, para ser “inspector de correos”. Para costearse los estudios, trabajó, de albañil primero, luego en un taller de ebanistería, de ahí sus conocimientos y gusto por la carpintería, que sabéis que él construyó prácticamente todos los muebles de su casa, esos que tengo yo en la mía. Se instaló en un hotelito barato de Montmartre, y hablaba de esa época como de las mejores de su vida. Contaba cómo , en la habitación tenía un hornillo, y que todas las noches se hacía un filete bien grande, y cómo le cogió gusto a la carne, que hasta entonces no había probado nunca. Joven impetuoso, descubrió otro mundo, que pronto se le haría demasiado pequeño. La higiene, ducharse cada día, la alimentación adecuada, la cultura, devoraba libros, todo eso que le fue vetado de pequeño, que atribuyó al hecho de vivir en Francia, así que decidió olvidarse de sus raíces y declararse “francés de pro”. Había heredado de su padre el gusto por hacer bromas, y le conocían entre sus amigos como el más divertido de la pandilla.

Aprobó su examen de entrada a Correos, y su primer destino fue Dieppe, en Normandía. Ahí, descubrió el mar, que había visto alguna vez, pero no había disfrutado. Aprendió a nadar y se bañaba todos los días, incluso n invierno, siguiendo una corriente naturalista de entonces, que no me acuerdo como se llamaba. Situado Dieppe en el canal de la Mancha, conoció ingleses y adoptó algunas de sus costumbres: los desayunos que le encantaban de “ham and eggs” cómo decía, y arenques salados. También sé que mandaba parte de su sueldo a sus padres, que la abuela le exigía mucho, pues quería preparar una “dote” para la hermana, inútil para trabajar, a la que quería casar a toda costa. (Foto: Apé y Gaby en la playa de Dieppe)

Se fue a Dieppe con su mejor amigo, Gaby, habían estudiado juntos, él venía del Lot et Garonne, región del Sudeste de Francia. Gaby tenía una novia en Marmande, Marie-Louise, hermana de Mamichette, que ella llamaba “Nénette” (¡qué guapa!¿no?) con quien se casó, en 1930.(Foto: Boda de Gaby y Nénette, vuestra tía abuela)

Apé fue testigo de la boda, y ahí fue dónde conoció a Suzanne Sabatié, que tenía entonces 16 años, de la que se enamoró perdidamente, a la que envío la foto que os colgué en la primera entrada y de la que os cuelgo ahora el revés..(À ma Suzette chérie, souvenir d'une promenade à Prades)

Fue a “rescatar” a Suzette al año siguiente, para casarse con ella. Tenemos una foto extraordinaria, de los dos bailando en la boda de Gaby y Marie-Louise, en Marmande, el mismísimo día en que se enamoraron.

1 comentario:

  1. Qué emocionante... encantado de conocer esa parte de la historia, que no conocía. Besos

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